Facundo iglesia
El AcroYoga llega a mi vida como la síntesis de un camino experimental, desde el yoga y la búsqueda de enlazar asanas. Potenciar las virtudes y mejorar aspectos personales y relacionales al compartir con otras almas la práctica.
El 2012 revolucionó muchas mentes, conozco el yoga como camino de vida. Luego de dos años de práctica, conozco a grande profes del acro en el Festival de Acroyoga Buenos Aires. Comenzando un ciclo de entrenamiento con Mariana Silva y Gabriel Awad. Mis mentores. Dos maestros a quienes les doy las gracias por haberme recordado esta herramienta tan linda. El 2015 me regala una Immersión lunar de Acroyoga Internacional en Buenos Aires con grandes referentes. Año que me encuentra con Margarita Garcia Nieto, actual compañera de vida y co creadora del proyecto Anamaya Yoga. Una escuela con 4 años de talleres de Acroyoga de todos los niveles a lo largo de las más remotas ciudades y pueblos de Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Ecuador y Colombia. Compartiendo nuestra experiencia y todo aprendido en clases regulares, talleres, retiros y mucha práctica.
En cada país hemos encontrado ciudades donde la comunidad de AcroYOGA es fuerte, como en Lima y Medellín, donde pudimos desafiarnos y crecer con gente hermosa. En otros lugares, no se había visto volar, nos tocó enseñar las bases y sembrar las primeras semillas.
Hoy nos encontramos en Buenos Aires y seguimos pulsando este compartir que tanto nos divierte.
Para mí la actividad es un medio para sanar el cuerpo y el propio modo de vincularse con el otro. Me gusta hacer el calentamiento con Yoga Ashtanga e introducir algo de danza, juegos dramáticos y masaje tailandés en las clases -además del Acroyoga-.
Estudié masaje tailandés con varios maestros.
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FB: @Facu Iglesia